EXPOSITIVO.
No recuerdo la ultima vez que sonreí, fue un instante mágico, que condensaste con tu mirada, fue la dulzura de cada palabra mencionada, la tristeza de cada caricia olvidada, la soledad acompañada.
Conozco el aroma que dejan tus sueños, el mismo aroma que deja el dolor; albergue la esperanza que le dio el derecho a la razón de quitarle lo que es del corazón.
Recordarte es el trabajo mas eficiente que me da la razón, encontré debajo de tu piel, el sentido de ésta rutina que algunos llaman vivir, esa calle sin salida, la única opción, caminar sobre tu piel fue mi triste perdición, cómo negar lo que niega la razón, si cuando lo niega lo acepta el corazón, me encuentro con un botón que me deja la duda, y otro botón que me grita la realidad, que no es verdad en este mundo de ficción.
El valor del corazón de vestirse de insensato, de fingir ser sutil tan sólo por un rato, tratando de esquivar tu mirada, que dio con la agonía, que despierta tu sonrisa inocente, tan culpable como yo, por amarte ciegamente, sin cegar la razón.
No me mires sin preguntar, perdiste de mi hasta la última palabra, la última lágrima que llega, hasta el alma de aquel que ama con locura y se lleva un gran dolor, el dolor que nunca sana, porque es el dolor del alma.
Los ejemplos están bien seleccionado. Este último, no. Es un texto narrativo. Te faltó explicar por qué cada ejemplo pertenece a su modo del discurso.
ResponderEliminarNota, 3,5
:(
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